NATACION

lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Qué es Evaluación Funcional? ¿Cómo se aplica y se desarrolla?

La evaluación funcional en las diferentes edades es la resultante de la interacción de los elementos biológicos, psicológicos y sociales, constituye probablemente el reflejo más fiel de la integridad del individuo a lo largo del proceso de envejecimiento. La valoración geriátrica integral (VGI) o valoración geriátrica exhaustiva es «un proceso diagnóstico multidimensional e interdisciplinario», diseñado para identificar y cuantificar los problemas físicos, funcionales, psíquicos y sociales que pueda presentar el anciano, con el objeto de desarrollar un plan de tratamiento y seguimiento de dichos problemas, así como la óptima utilización de recursos para afrontarlos. Para el presente número de la revista se realizó una búsqueda de información sobre el tema. Se puso de manifiesto que la fragilidad resulta de la disminución de la capacidad de reserva que lleva a la discapacidad y precipita la institucionalización o muerte. Los principales factores de riesgo de fragilidad serían un compendio de los problemas derivados de alteraciones del equilibrio y marcha por múltiples discapacidades (sistemas sensoriales, respuesta muscular, equilibrio), enfermedades agudas o crónicas (conocidas o no), factores de riesgo en cuanto a abusos (estilos de vida, factores sociales, factores económicos), factores de riesgo en cuanto a desuso (inactividad, inmovilidad, déficits nutricionales). El instrumento fundamental para la valoración de la fragilidad del anciano es la VGI y se deberá efectuar en todos los niveles asistenciales, tanto en pacientes ingresados como en la comunidad.



Para llevar acabo una evaluacion funcional es necesario llevar acabo los siguientes pasos:
La consideración psicosocial del anciano nos lleva a plantear que los cambios propios del proceso de envejecimiento ocurren desde cuatro perspectivas:
- Cambios biológicos: todos los cambios orgánicos que afectan sus capacidades físicas, asociadas a la edad.
- Cambios psíquicos: cambios en el comportamiento, cognición, afectividad, auto percepción, conflictos, valores y creencias.
- Cambios sociales: relacionado con las demandas, necesidades, aportes, en íntima fusión con las redes formales e informales donde se puede valorar la repercusión del adulto mayor en la familia y en su comunidad.

La evaluación funcional en las diferentes edades es la resultante de la interacción de los elementos biológicos, psicológicos y sociales, constituye probablemente el reflejo más fiel de la integridad del individuo a lo largo del proceso de envejecimiento.
Por tanto se puede plantear que el envejecimiento sano es aquel en que se observa sólo el decremento funcional, donde ni la edad ni la enfermedad, ni factores ambientales o adversos del estilo de vida complican o acrecientan el deterioro. Esto representa una mayor reserva fisiológica y menor riesgo de enfermedad. Implica cambios prevenibles o reversibles en el proceso de envejecimiento.
De esta manera puede afirmarse que anciano sano es aquel sujeto con capacidades funcionales y reserva funcional que le permiten desarrollar una vida activa acorde a su edad y entorno con alteraciones funcionales en el límite entre lo «normal» y lo «patológico», en equilibrio inestable y con adaptación a los trabajos funcionales de acuerdo a sus posibilidades reales de rendimiento».
Sin embargo, la pendiente de la declinación a lo largo del curso de la vida está determinada en gran parte por factores externos, tales como hábito de fumar, la nutrición poco adecuada o la falta de actividad física, por mencionar sólo algunos de los factores relacionados con los comportamientos individuales. La declinación natural en la función cardiaca, por ejemplo, puede acelerarse a causa del hábito de fumar, dejando al individuo a un nivel de capacidad funcional más bajo de lo que se esperaría normalmente para la edad de la persona. La etapa de la llamada edad crítica para muchos autores, que está comprendida en las décadas de los 40 y 50 es una etapa de la vida a la que se debe arribar en condiciones óptimas de capacidad funcional y de salud para de esta forma lograr, por decirlo de alguna manera, mermar las llamadas pérdidas que hasta hoy irremediablemente ocurren en todos los sistemas organismales en las edades avanzadas.
La declinación también puede acelerarse a causa de factores externos y ambientales, tales como la contaminación ambiental, la pobreza, la falta de educación, etcétera; sobre los cuales el individuo puede tener poca o ninguna influencia. Ambos pueden ser influenciados mediante políticas e intervenciones.

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